Estrategia Visual
ORIGEN ENTRE MUNDOS – UNA MIRADA ANDINA
(Extracto Texto Muestra Realizada en el Museo de Arte Contemporaneo MAC Parque Forestal Santiago Chile.)
Donde hay una cama, hay un cuerpo. Aquélla nunca está vacía. Alguien sueña y se encuentra con todos los que soñaron ahí alguna vez. Invisibles son aún las huellas que va pisando el caminante. El lenguaje onírico disuelve la polaridad y cruza la frontera entre el sujeto y la realidad circundante. Esta última se apropia del individuo sensible, alimentándolo por medio de una comunicación morfogenética, poniéndole un lenguaje desconocido en sus labios, con el que éste se consagra.
Por algo Loreto González indaga en una iconografía proveniente de un mestizaje temporal cuya mirada secreta y sincrética transforma la dimensión arquetípica en jeroglíficos tatuados sobre las siluetas del cuerpo. El hombre geológico, el hombre semilla y el hombre estelar, definen el código de una cosmovisión que aprecia la vida como un tránsito entre nacer y morir. Propiamente, partir del seno materno y penetrar en la tierra madre, guiada por el universo como semilla estelar. Los cuerpos no yacen solos jamás. Hay siempre vestigios que permiten evidenciar como todos están originalmente vinculados. Su iconografía está influenciada por elementos de desplazamiento y lecturas de la transculturación. De esta manera ella reconecta el mundo mítico prehispánico con la contemporaneidad en un proyecto neobarroco.
Aquí se advierte de forma poética dicha idea de la teoría crítica que culmina como producto de observación e investigación en el siglo XX, en que se puede apreciar como el conocimiento declina en un duelo, debido a la clasificación como formación taxativa que se impone en una percepción estática de la realidad, sin reconocer la especie viva como fenómeno de un contexto histórico temporal. Esto invierte la idea de la razón y pone en crisis a la Ilustración. Se establece así la diferencia entre el viaje de un arqueólogo y el de un artista.
El proceso de la civilización occidental, surge en cuanto el saber se desplaza desde una relación simbólica cultual a un discurso conceptual ilustrado[1]. Hay pueblos que van dejando una marca al no someterse de manera activa o pasiva a este tipo de organización del pensamiento, ya sea por otras creencias o tradiciones religiosas. Esta inercia histórica que se traduce muchas veces en crisis, se puede simbolizar como último escape, al permanecer al margen de la civilización dominante en un sentido neocultual. Ahí puede percibirse el lugar cultural de la alteridad en la superstición y a veces en lo oculto.
Ricardo Loebell
Escritor
Filosofía y Estética
Curador Independiente
[1] Cfr. Dietrich Harth (compilación e introducción): Die Erfindung des Gedächtnisses [La invención de la memoria], Frankfurt/Main, Keip Verlag (Exkursionen 5), 1991.