Obra realizada para la II Bienal de Pintura de Guayaquil, Ecuador, retrata a la sociedad guayaquileña que en su interior construye un núcleo compacto que refleja las características que se le atribuyen a una provincia que lucha por su independencia dentro del territorio, aún cuando sus bordes resulten porosos por su construcción mestizada tanto cultural como icónica.

 Tal porosidad viene dada por la interacción de diferentes variables, como pueden ser el ya mencionado mestizaje  en un sentido amplio de la palabra, y las diferencias socio-económicas que representan los miembros de cada sector.

 El contexto guayaquileño se hace más complejo si se toma en cuenta la inexistencia de la homogeneidad en el comportamiento y en la percepción que de si mismos tienen los distintos grupos. Esta sociedad, como las demás sociedades americanas, esta plagada de fracturas internas que distinguen y enfrentan a los miembros teóricamente adscritos a un determinado colectivo. La inminente rivalidad entre las etnias locales,   es una de las grietas mas largamente sostenidas entre la población; la tradicional y enfatizada ambigüedad del mestizo frente al blanco, al negro y al indígena implica diferentes formas de relación entre el individuo y la realidad circundante.

Pintura Industrial

Impresión C-Digital

dimensiones : 160 X 120 cms.

2010

Guayaquil, Ecuador

Obra para II Bienal de Pintura Guayaquil-Ecuador